Con más establecimientos de venta de alcohol que escuelas, Parral enfrenta un desequilibrio que ha desencadenado situaciones de riesgo en la vida nocturna.
HISTORIASMX. – Parral, Chihuahua. En Parral, la venta de alcohol parece haberse convertido en una actividad mucho más visible que la educación. Con 99 expendios y centros nocturnos frente a 123 centros escolares, el municipio vive una realidad en la que el alcohol está casi tan al alcance de los jóvenes como las aulas. Esta situación ha provocado que, con apenas siete inspectores disponibles, la regulación y supervisión de bares y expendios sean deficientes, permitiendo que muchos establecimientos operen fuera de horario y sin controles adecuados.
La tragedia en “El Alegre”
El reciente caso en el bar «El Alegre» evidenció esta falta de control. La madrugada del domingo 3 de noviembre, dos jóvenes fueron asesinados y siete resultaron heridos durante una riña, a pesar de que el bar debería haber cerrado a las 2:00 de la mañana. El establecimiento permaneció abierto sin sellos de clausura y sin ninguna inspección previa, hasta que fue clausurado de emergencia al día siguiente. Sin embargo, los sellos fueron retirados de manera ilegal poco después, lo que desató un segundo operativo de clausura en el que participaron más de 20 elementos de la Fiscalía General del Estado, una movilización inusual para este tipo de intervenciones.
Insuficiente verificación y consecuencias graves
Los datos del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) del INEGI revelan que Parral alberga 99 establecimientos dedicados a la venta de alcohol, muchos de los cuales cuentan con permisos desactualizados o carecen de licencia visible. Álvaro Chávez, jefe de Alcoholes en Desarrollo Urbano de Parral, declaró que en muchos casos, la base de datos es “escueta” y contiene registros de negocios que ya no operan o cambiaron de nombre, lo cual dificulta el control efectivo.
Con solo siete inspectores en la ciudad –tres asignados al municipio y cuatro a nivel estatal–, la revisión de estos lugares es mínima. Cada 15 días, inspectores recorren hasta 22 bares por noche, un ritmo que apenas permite verificar una parte del total de establecimientos.
Relación entre expendios y problemas sociales
Este acceso fácil al alcohol ha generado preocupación en la comunidad, ya que los jóvenes están expuestos al consumo desde edades tempranas. Las consecuencias incluyen un aumento en las riñas, accidentes vehiculares y otros actos de violencia, que escalan cada fin de semana. “Cada fin de semana, sabemos que habrá algún incidente”, comenta un residente local. La preocupación ha alcanzado tal nivel que la Secretaría General de Gobierno decidió duplicar la cantidad de inspectores asignados a Parral, pasando de cuatro a ocho, con la esperanza de mejorar la vigilancia.
¿Qué sigue para Parral?
Ante la creciente inseguridad en la vida nocturna, la administración ha implementado un plan para incrementar la supervisión en bares y centros de venta de alcohol. La nueva asignación de inspectores se enfocará en revisar el aforo y la seguridad en los establecimientos, además de controlar la venta de alcohol a menores. Aún con estas medidas, los habitantes de Parral temen que la situación solo pueda mejorar si se actúa con mayor rigor.
“La falta de vigilancia solo aumenta el riesgo”, expresa un habitante de la colonia Fátima. El incremento de inspectores y la presión social sobre los establecimientos parecen ser los primeros pasos hacia un cambio necesario en Parral. Mientras tanto, la comunidad observa con recelo y temor, esperando que estos esfuerzos finalmente se traduzcan en mayor seguridad en las noches parralenses.