Según las historias locales, el nombre del cerro y de la mina se debe a la joven india morena que el fundador Juan Rangel de Biezma encontró en el lugar y de quien quedó enamorado.
Historiasmx. – San José del Parral, una vez un vibrante centro minero, ha dejado una huella imborrable en la historia de México.
A lo largo de los siglos, esta región ha sido testigo de un desarrollo vertiginoso como centro minero, agrícola y ganadero, atrayendo la atención de compañías mineras de renombre mundial, como las provenientes de Canadá y China, que recientemente han mostrado interés en reanudar actividades en la zona.
Los primeros indicios de la riqueza mineral de Parral se remontan a 1567, cuando las minas de plata de Santa Bárbara fueron establecidas en el territorio de los indios conchos.
Durante la época colonial, Parral floreció como un importante centro minero, atrayendo a numerosos españoles y trabajadores indígenas. La historia de su fundación cuenta la fascinante leyenda del alférez real Don Juan Rangel de Biezma, quien descubrió plata en el cerro de La Prieta.
Se dice que las vetas de plata eran tan abundantes que parecía como si brotaran espontáneamente del subsuelo. La mina que dio origen a la ciudad lleva el nombre de «La Prieta» aunque, curiosamente, el mineral extraído naturalmente es negro, razón por la cual también se le conoce como «La Negrita».
Según las historias locales, el nombre del cerro y de la mina se debe a la joven india morena que el fundador Juan Rangel de Biezma encontró en el lugar y de quien quedó enamorado.
En el siglo XVII, un nuevo descubrimiento de plata en el sur de Chihuahua impulsó el crecimiento de Parral. Durante los siglos XVIII y XIX, se le denominó «Capital del Mundo de la Plata» debido a su próspera economía. Sin embargo, este auge económico también tuvo sus consecuencias, ya que la llegada de nuevos habitantes españoles aumentó la presión sobre los habitantes nativos de la región, incluidos los indios conchos.
A principios del siglo XX, la mina La Prieta estaba bajo el control de la compañía estadounidense American Smelting Co., que se encargaba de la extracción de plata y otros minerales. La administración, la extracción y las ganancias se encontraban en manos de esta compañía, lo que resultaba en la contratación de personal extranjero. A medida que el auge minero llegaba a su fin, Parral experimentó un declive notable, y hacia 1930 la ciudad casi fue abandonada por completo.
No obstante, los distritos mineros de los alrededores continuaron la explotación de minerales, asegurando la subsistencia de la actividad minera en la región.
Hoy en día, Parral se ha transformado en una pequeña ciudad dedicada al comercio. Aunque su pasado minero es evidente en los alrededores, la ciudad ha encontrado nuevas oportunidades en el ámbito comercial.
Además, Parral se ha convertido en un importante centro regional, facilitando el intercambio comercial entre las regiones del sur de Chihuahua y el norte de Durango.
El desarrollo urbano de Parral ha sido limitado por desafíos como la escasez de agua potable y su compleja geografía física. Sin embargo, estas características también le confieren un encanto especial a la ciudad.
Sus intrincadas redes de callejuelas y callejones son un reflejo de su legado colonial, transportando a los visitantes a épocas pasadas.
San José del Parral, una vez conocido como un próspero centro minero, sigue escribiendo su historia en constante transformación. A medida que compañías mineras internacionales exploran nuevas oportunidades en la región, Parral se prepara para abrazar el futuro sin olvidar su valioso legado minero y cultural, que se mantiene vivo en sus calles y en la memoria de sus habitantes.
Fotografía: