Gabriel contrató los servicios de un pollero para cruzar desde Ciudad Juárez hacia El Paso, Texas, y llegar posteriormente a Nueva York.
Ciudad Juárez, Chihuahua. – Las redes sociales se han convertido en herramientas utilizadas por traficantes de personas, conocidos como “polleros”, para ofrecer servicios de cruce hacia Estados Unidos. Sin embargo, en muchos casos, estas promesas resultan ser engaños que dejan a los migrantes en situaciones vulnerables, como ocurrió con Gabriel, un migrante de Ciudad Juárez.
Un caso de engaño
Gabriel contrató los servicios de un pollero para cruzar desde Ciudad Juárez hacia El Paso, Texas, y llegar posteriormente a Nueva York. Por este servicio se le cobró 50,000 pesos, entregando un anticipo de 30,000 pesos. Sin embargo, su travesía quedó trunca cuando, tras ser cruzado unos metros más allá del muro fronterizo por el sector de Anapra, al surponiente de la ciudad, fue abandonado con la promesa de que alguien más lo recogería, algo que nunca ocurrió.
En lugar de continuar su viaje, fue interceptado y detenido por agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
Los riesgos del cruce
Gabriel expresó su decisión de no intentar cruzar nuevamente debido a los altos riesgos que implica:
«Ahorita hay mucha seguridad, ya hasta tienen sensores de movimiento y todo, tienen perros ahí en lado americano entre El Paso y Ciudad Juárez.»
Además, señaló que los centros de detención en El Paso, Texas, albergan a cientos de connacionales que esperan ser deportados.
Denuncia de condiciones en centros de detención
Gabriel relató su experiencia en el centro de detención, donde afirmó haber recibido buen trato por parte de las autoridades estadounidenses, pero denunció la práctica de quitarles la ropa a los detenidos. Según él, la ropa y el calzado con el que cruzó fueron desechados, siendo reemplazados por una sudadera, una pantalonera y huaraches.
«Lo único que no me gustó es que nos quitaron la ropa y la tiraron, lo único que nos guardaron fue el teléfono y algunas pertenencias personales.»
El regreso a México
Tras ser deportado, Gabriel fue registrado en las oficinas del Instituto Nacional de Migración en México y liberado para continuar su camino. Este intento de cruce fue el primero y el último para él, ya que describió la experiencia como “muy gacha” debido a los peligros y la incertidumbre que enfrentó.
Reflexión y llamado de atención
Este caso pone en evidencia las condiciones a las que se enfrentan las personas en situación de movilidad, quienes, atraídas por promesas falsas, son abandonadas en la frontera. La creciente vigilancia en la zona y las prácticas de los traficantes incrementan los riesgos, dejando a los migrantes expuestos a detenciones, deportaciones y pérdidas económicas significativas.
Se hace un llamado a las autoridades y a la sociedad para prestar mayor atención a esta problemática y buscar soluciones que protejan los derechos y la integridad de los migrantes.