Su primer viaje significativo fue a bordo de una moto que él mismo ensambló con los restos de una bicicleta y un motor.
HISTORIASMX. – Mucho se ha escrito sobre Ernesto «Che» Guevara, el icónico revolucionario cuya figura trasciende fronteras y generaciones. Pero más allá de su imagen de guerrillero, pocos conocen la profunda influencia que los viajes tuvieron en la formación de su ideología y su compromiso con la lucha social.
Ernesto Guevara de la Serna nació el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina, en el seno de una familia de clase media. Desde temprana edad, su contacto con la lectura y su lucha contra el asma lo llevaron a desarrollar una profunda conciencia del mundo que lo rodeaba.
Su primer viaje significativo fue a bordo de una moto que él mismo ensambló con los restos de una bicicleta y un motor. Recorriendo Argentina, Guevara pudo ver de cerca la desigualdad y la pobreza que afectaban a su país. Este viaje sembró las semillas de su compromiso social y lo impulsó a explorar más allá de las fronteras de su patria.
En 1951, junto a su amigo Alberto Granado, emprendió un viaje épico a través de América Latina en una motocicleta apodada «La Poderosa II». Desde Chile hasta Venezuela, Guevara y Granado fueron testigos de las injusticias sociales que plagaban la región, alimentando aún más su fervor revolucionario.
Pero fue durante su tercer viaje, después de graduarse como médico, que el Che tuvo un encuentro crucial con la realidad de América Latina. Desde Bolivia hasta Guatemala, pasando por Perú, Ecuador y más allá, Guevara se encontró cara a cara con las comunidades marginadas y explotadas de la región. Su experiencia tratando a leprosos y mineros enfermos lo llevó a una profunda comprensión de las injusticias sociales y económicas que aquejaban a la región.
En Guatemala, presenció el golpe de estado respaldado por Estados Unidos que derrocó al gobierno democráticamente elegido de Jacobo Árbenz. Este evento fue un punto de inflexión para el Che, quien decidió unirse a la lucha contra el imperialismo y la opresión en América Latina.
Finalmente, su viaje lo llevó a México, donde conoció a Fidel Castro y se unió a la revolución cubana que derrocó al dictador Fulgencio Batista en 1959.
Los viajes del Che Guevara no fueron simples aventuras, sino experiencias transformadoras que lo llevaron a comprometerse con la lucha por la justicia social y la igualdad en América Latina. Su vida y legado nos recuerdan el poder transformador de salir de nuestra zona de confort y enfrentarnos a las realidades del mundo. En un momento en que la desigualdad y la injusticia siguen siendo problemas urgentes en nuestra sociedad, las lecciones del Che Guevara son más relevantes que nunca.
Fotografía: Archivo.