Fotografía: Archivo.

Un viaje a través del tiempo y la comunidad

HISTORIASMX.- ¿Qué hace tan especial al Museo Regional del Valle de Juárez? Esta es la pregunta que a menudo se plantea cuando alguien se entera de su existencia. Este museo, un proyecto que cumplió, en abril de 2022, cuarenta años de haber sido impulsado por un joven profesor rural y su comunidad, es un verdadero tesoro cultural que ha dejado huella en la región.

La historia del museo no es común; de hecho, es un caso muy particular, sobre todo considerando el medio rural en el que se desenvuelve. En torno a 1959, Manuel Robles Flores, un joven profesor, tomó un camión con el objetivo de llegar a San Ignacio. Sin embargo, su destino lo llevó a San Agustín, donde la directora de la escuela lo recibió con los brazos abiertos y lo convenció de quedarse. Así, comenzó su carrera como maestro rural y director de la Primaria Plan de Ayala n.o 2135.

Un Profe con Visión

A inicios de la década de 1960, el Profe Robles no solo enseñaba, sino que buscaba impulsar el bienestar de la comunidad que tan generosamente lo había acogido. Consciente de las carencias y problemas de su entorno, decidió llevar a sus estudiantes más allá del aula. “Con el cielo abierto por aula”, les hablaba de Historia, Paleontología y Biología, utilizando el paisaje que lo rodeaba como su espacio de enseñanza.

Un problema grave llamó su atención: el contrabando de piezas paleontológicas. Muchas veces, los habitantes del lugar se encontraban con fósiles en el camino, y algunos los cruzaban a Estados Unidos para obtener un beneficio económico.

El Profe Robles, en lugar de quedarse con los brazos cruzados, alentó a sus alumnos a recolectar esos tesoros. De esta manera, comenzó a formarse una exposición dentro del salón de clases, que más tarde se transformaría en un museo.

La Fundación del Museo

A medida que la colección fue creciendo, el Profe Robles se dedicó a mejorar la infraestructura educativa de la comunidad. Gracias a sus esfuerzos, se crearon preescolares, secundarias, clínicas, bibliotecas y se introdujeron servicios básicos. Su trabajo no solo benefició a San Agustín, sino a todos los pueblos cercanos a la carretera Juárez-Porvenir.

Fotografía: Archivo.

En los años setenta, el Profe Robles y la comunidad se opusieron a la demolición de la vieja primaria para construir nuevas aulas. En un momento decisivo, decidieron convertir el antiguo edificio en un museo y biblioteca. La inauguración oficial del Museo Regional del Valle de Juárez se llevó a cabo el 30 de abril de 1982.

Un Espacio para la Comunidad

El museo no solo albergó la nueva escuela, sino que también dio lugar a un preescolar, una clínica rural y una biblioteca municipal, convirtiéndose en un verdadero centro comunitario. Sin embargo, el camino no ha sido fácil. Hasta hace pocos años, el museo comenzó a recibir apoyo del Municipio de Ciudad Juárez para pagar algunos sueldos de auxiliares, y durante muchos años, el Profe Robles costearía las necesidades del museo de su propio bolsillo.

Una de las características más notables del Profe Robles era su firmeza en mantener la independencia del museo. A lo largo de su vida, luchó contra la intervención de instituciones que intentaban apropiarse del proyecto. Su enfoque radical y su compromiso con las causas sociales hicieron que el museo se convirtiera en un bastión para el activismo y la cultura en la región.

Luchas y Resistencia

El museo fue, además, un punto de encuentro para diversas luchas sociales. Durante la década de 1990, San Agustín se convirtió en cuartel para ecologistas que planearon la lucha contra el tiradero nuclear en Sierra Blanca, Texas. Gracias a este movimiento, se logró evitar que desechos nucleares de Estados Unidos fueran depositados cerca del río Bravo, un evento histórico que estimuló otras luchas ambientalistas.

A pesar de los obstáculos y las dificultades con las autoridades, el Profe Robles mantuvo la fe en que la fuerza comunitaria podría lograr cambios significativos. El museo abrió sus puertas los 365 días del año, sin cobrar entrada, y acogía a visitantes de todas las edades, incluidos animales de compañía, creando un ambiente verdaderamente inclusivo.

Un Legado que Perdura

Tras el fallecimiento del Profe Robles en diciembre de 2020, el museo ha continuado su labor. Nuevas generaciones se han integrado y han traído consigo ideas frescas, reconociendo siempre el legado del fundador. Las colaboraciones con instituciones educativas, como la UACJ, se han incrementado, y se realizan talleres, exposiciones de artistas regionales y proyectos editoriales para promover la cultura.

El 41 aniversario del Museo Regional del Valle de Juárez marca no solo el cierre de una etapa, sino el inicio de una nueva. Este centro cultural y comunitario es un símbolo de la resistencia de una región que anhela vivir sin violencia. En sus paredes, la historia, el arte y la cultura se entrelazan para ofrecer esperanza y una visión de un futuro mejor.

Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila

Por historias

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *