Fotografía: Archivo.

El Día de la Mujer y la Realidad en Chihuahua: Entre la Conmemoración y el Silencio Obligado

Cada 8 de marzo, el mundo conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha que, más allá de la celebración, representa una jornada de reflexión y lucha por los derechos de las mujeres. Sin embargo, en el estado de Chihuahua, la realidad es alarmante: el hostigamiento sexual y laboral en los ayuntamientos municipales es una constante, una situación que muchas mujeres se ven obligadas a callar por miedo a perder su empleo.

El Silencio Como Mecanismo de Supervivencia

Las mujeres que trabajan en la administración pública municipal enfrentan un ambiente hostil, donde el acoso y la violencia laboral son parte de su realidad cotidiana. Funcionarios con poder abusan de su jerarquía, generando un sistema de impunidad en el que las víctimas, lejos de recibir apoyo, temen represalias. Callar se convierte en la única opción para mantener su sustento.

La Situación en los Cuerpos Policiacos

Si bien la violencia de género es un problema estructural en la sociedad, dentro de los cuerpos policiacos adquiere una dimensión aún más preocupante. Las agentes de seguridad, cuya labor debería estar enfocada en proteger a la ciudadanía, también son víctimas de hostigamiento por parte de sus superiores y compañeros. Las denuncias, cuando existen, son desestimadas o minimizadas, dejando a las afectadas en un limbo de injusticia y desprotección.

La Necesidad de Políticas y Cambios Reales

El Día Internacional de la Mujer no debe ser un evento simbólico, sino un recordatorio de que la equidad de género sigue siendo una deuda pendiente. En Chihuahua, urge la implementación de políticas de protección real para las mujeres en los espacios laborales, particularmente en el servicio público y los cuerpos de seguridad. No basta con discursos y conmemoraciones si no hay acciones contundentes contra el acoso y la violencia.

Romper el Silencio, Exigir Justicia

Las mujeres no deben seguir soportando ambientes hostiles y abusivos. Es momento de exigir transparencia, mecanismos efectivos de denuncia y, sobre todo, consecuencias para quienes ejercen violencia y hostigamiento. El miedo no puede seguir siendo la razón por la que tantas voces se quedan calladas.

Este 8 de marzo, recordemos que la lucha no es solo por la conmemoración de los derechos conquistados, sino por aquellos que aún nos faltan por alcanzar.

Por historias

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