Fotografía: Google Heart.

La historia de la minería en Parral, Chihuahua, ha dejado una herencia de contaminación que afecta la salud pública y el medio ambiente. En este reportaje exploramos las causas, efectos y medidas de mitigación necesarias para enfrentar la crisis.

HISTORIASMX.- La minería ha sido el motor económico de Hidalgo del Parral, Chihuahua, por más de tres siglos. Sin embargo, la extracción de metales preciosos como plata, plomo y oro ha dejado un rastro de contaminación por metales pesados que afecta gravemente tanto al medio ambiente como a la población local. Los residuos mineros, conocidos como jales, contienen elementos tóxicos como arsénico, mercurio y plomo, y su mala gestión ha provocado daños irreversibles en la calidad del suelo, agua y aire. Este reportaje examina el alcance de este problema y las posibles soluciones que podrían implementarse.

Historia de la minería en Parral.

La actividad minera en Parral se remonta a finales del siglo XVI y ha sido uno de los pilares del desarrollo económico de la región. En 1631, Juan Rangel de Biezma descubrió una rica veta de plata en lo que hoy conocemos como la mina La Prieta, lo que dio inicio al auge minero en la zona . A lo largo de los siglos, la minería en Parral se convirtió en el centro de la producción de metales preciosos, con cientos de minas activas que contribuyeron enormemente a la economía local y nacional.

El legado de los jales.

Sin embargo, el lado oscuro de esta prosperidad minera es el pasivo ambiental generado por los jales. Estos residuos, que se acumulan después de la separación de los minerales, han sido depositados de manera inadecuada en presas y áreas al aire libre. Los jales contienen altas concentraciones de metales pesados como arsénico, plomo y mercurio, que se filtran en el suelo y los cuerpos de agua, afectando el ecosistema local y la salud de las comunidades aledañas .

El impacto de los metales pesados.

Los estudios realizados en la región muestran que los niveles de arsénico, plomo y mercurio en los residuos mineros superan los límites permitidos por las normativas ambientales . Estos elementos son altamente tóxicos y, cuando se filtran en el ambiente, pueden causar graves problemas de salud pública.

Arsénico: un enemigo silencioso.

El arsénico es uno de los metales más peligrosos presentes en los jales de Parral. La exposición prolongada a este elemento puede causar enfermedades graves, como cáncer de piel, vejiga y pulmón, además de afectar el sistema cardiovascular . Se ha documentado que en la región de Parral, los niveles de arsénico en las fuentes de agua subterráneas están muy por encima de lo aceptable, lo que aumenta el riesgo de intoxicación en la población .

Plomo y mercurio: una amenaza para los niños.

El plomo y el mercurio son igualmente preocupantes. Ambos metales afectan especialmente a los niños, causando daños en el desarrollo cognitivo, alteraciones en el sistema nervioso y, en casos graves, daño permanente en el cerebro . En Parral, se han registrado niveles alarmantes de plomo en el suelo cercano a las áreas de disposición de jales, lo que pone en peligro a las comunidades locales, en especial a las más vulnerables.

Consecuencias para la salud y el medio ambiente.

La exposición constante a estos metales pesados tiene efectos devastadores en la salud humana. La población cercana a las zonas de jales presenta altos niveles de toxicidad en la sangre, lo que indica una crisis de salud pública inminente . Entre los efectos documentados se encuentran:

  • Enfermedades crónicas como el cáncer y enfermedades renales.
  • Problemas neurológicos y de desarrollo en los niños.
  • Afecciones respiratorias y digestivas.

El impacto en el medio ambiente también es severo. La erosión de los jales ha contaminado los ríos y acuíferos de la región, y la dispersión de los metales pesados por el aire ha afectado la calidad del aire y la biodiversidad local .

Medidas de mitigación.

Frente a la gravedad de la situación, se han propuesto varias medidas para mitigar los efectos de la contaminación en Parral. Estas incluyen:

  1. Restringir el acceso a los jales para evitar que la población local esté expuesta a los metales pesados .
  2. Detener la movilización de los residuos mineros, ya que el transporte de los jales a otras áreas solo transfiere la contaminación .
  3. Monitorear continuamente los niveles de contaminación en el suelo, el agua y el aire, para identificar posibles riesgos y tomar medidas preventivas .
  4. Fitorremediación y biorremediación: Utilizar plantas y microorganismos que puedan absorber y descomponer los metales pesados, respectivamente .

El papel de la legislación ambiental.

La legislación mexicana establece responsabilidades claras para la prevención y control de la contaminación del suelo, principalmente a través de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) . Sin embargo, la implementación de estas leyes en áreas mineras como Parral ha sido insuficiente. Se requiere un reforzamiento de las políticas públicas y una mayor vigilancia por parte de las autoridades para garantizar que las empresas mineras cumplan con las normativas y se comprometan a remediar los sitios contaminados .

La inacción del gobierno municipal y estatal.

A pesar de la urgencia de la situación, las autoridades locales y estatales, encabezadas por la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, y el gobierno municipal de Parral, han omitido su responsabilidad de abordar el problema de manera efectiva. Mientras los metales pesados continúan afectando la salud de la población, no se ha implementado un plan de remediación adecuado ni se han tomado acciones preventivas para detener la dispersión de los jales.

Falta de políticas de remediación.

A pesar de la existencia de legislación ambiental, como la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), el gobierno de Chihuahua y el municipio de Parral no han mostrado iniciativa para hacer cumplir estas leyes ni para exigir a las empresas mineras que asuman la responsabilidad de los daños ambientales que han causado. Esta inacción pone en peligro a miles de personas que viven cerca de las zonas contaminadas y perpetúa un ciclo de degradación ambiental.

Un problema que no puede esperar.

La contaminación minera en Parral es un problema que afecta tanto al medio ambiente como a la salud pública. Los jales y los residuos mineros han creado una crisis ambiental que no puede ignorarse. Aunque se han propuesto varias soluciones para mitigar los efectos de los metales pesados, es esencial que las autoridades locales y federales actúen con urgencia para implementar estas medidas y proteger a las comunidades más vulnerables.

El futuro de Parral depende de la capacidad de abordar este pasivo ambiental con políticas firmes y acciones decididas. Solo a través de una remediación efectiva y un compromiso con el desarrollo sostenible, la región podrá superar este oscuro legado y avanzar hacia un futuro más saludable y equilibrado.

Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.

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