Fotografía: Gorki Rodríguez / HISTORIASMX.

El hermoso lugar turístico tiene una interesante historia respecto al nombre «Cola de Caballo». El Lic. Eulogio Montalvo Salas, historiador de Santiago, Nuevo León, nos explicó que fue bautizada en el siglo XIX por Don Valentín Rivero, fundador de la Fábrica de Hilados y Tejidos El Porvenir en la comunidad de El Cercado.

HISTORIASMX. – ¿Quieres visitar un lugar donde puedas contemplar la caída del agua sobre una cascada que transmita paz, donde puedas admirar la naturaleza en su máximo esplendor y disfrutar de un momento entrañable con tu familia? Tales fenómenos ocurren en la Cola de Caballo en Santiago, Nuevo León, y a continuación, te platicaré mi experiencia.

Una Aventura Inolvidable

Luego de aproximadamente una hora de camino, llegamos a la Cola de Caballo. Fue difícil entrar porque el estacionamiento estaba lleno de carros y había gente por delante de nosotros, pero después de unos minutos logramos acceder.

Fotografía: Gorki Rodríguez / HISTORIASMX.

En el estacionamiento, entre juegos y risas, Rafael nos contaba sus ocurrentes anécdotas de la vida. Aún siento el dolor del golpe que sufrí al interpretar una escena de Rafael, pero fue divertido.

Explorando el Parque

Al mediodía comenzamos nuestro recorrido. Al entrar, nos encontramos con puestos de artesanías, sombreros y camisas del recuerdo. Del otro lado, vimos carretas de caballos para quienes tienen dificultades para caminar y desean conocer la cascada.

El hermoso lugar turístico tiene una interesante historia respecto al nombre «Cola de Caballo». El Lic. Eulogio Montalvo Salas, historiador de Santiago, Nuevo León, nos explicó que fue bautizada en el siglo XIX por Don Valentín Rivero, fundador de la Fábrica de Hilados y Tejidos El Porvenir en la comunidad de El Cercado. «Siendo español, Don Valentín contaba que, en Huesca, cerca de donde él nació, había otra cascada muy parecida que se llamaba Cola de Caballo,» relató Montalvo.

Un Recorrido Histórico

Después de una pequeña introducción histórica, nos dio hambre. Afortunadamente, cerca de la entrada principal había puestos de comida, donde compramos hotdogs, papas y sodas, y montamos un pequeño picnic en las mesas de la zona ecológica.

Terminamos de comer y continuamos caminando. Entre mariposas, abejas y flores, disfrutábamos del día. El viento soplaba fuerte y el sol brillaba intensamente entre las pequeñas cascadas.

Montalvo nos dio una cálida bienvenida y nos explicó cómo este lugar comenzó a ser turístico en 1917, el mismo año que se promulgó la Constitución. Desde entonces, la Cola de Caballo ha atraído a aproximadamente 450,000 personas por año.

Belleza Natural y Preservación

El paisaje era impresionante. La cascada Cola de Caballo, con 27 metros de altura, se asemeja a la cola de un caballo, y el agua cristalina desciende desde la Sierra Madre Oriental. El lugar está lleno de historia, con registros que datan del siglo XVI, cuando era conocido como «Cañón de los Lampazos».

Nuestro guía, Montalvo, nos habló de la importancia de la conservación del medio ambiente. «Los espacios naturales protegidos son fundamentales para la conservación,» dijo. Añadió que la naturaleza juega un papel crucial en nuestro bienestar, disminuyendo la incidencia de trastornos mentales leves, como la depresión.

Diversión y Aventura

Nos sorprendió la variedad de actividades en el parque antes de llegar al mirador, como la tirolesa de 600 metros, un bungee de 70 metros, y juegos para niños. Decidimos montar a caballo para continuar nuestro recorrido y compramos sombreros para protegernos del sol.

Al fin llegamos al mirador. La cascada Cola de Caballo, con su majestuosa caída, nos ofreció vistas espectaculares que capturamos con la cámara profesional de mi amiga Marian. La experiencia fue más que satisfactoria, llena de risas, exploración y momentos inolvidables.

Un Impacto Duradero

En el camino de regreso, disfrutamos del paisaje fresco y satisfactorio. Le preguntamos a Montalvo cómo afectó la pandemia al turismo en Santiago. Nos explicó que fue un golpe duro, pero el municipio brindó ayuda a quienes dependían del turismo.

Nuestro viaje concluyó con una divertida vuelta en carreta, acarreada por un caballo, una tradición del lugar. Montalvo nos compartió datos curiosos sobre la historia de la cascada y nos recordó la importancia de preservar estos patrimonios naturales y culturales.

Una Invitación a Visitar

Cansados pero maravillados, nos despedimos afectuosamente de nuestro guía, Eulogio Montalvo. Este viaje quedará por siempre en nuestras memorias. Exhortamos a todos los amantes de las aventuras a visitar este sitio turístico en Santiago, Nuevo León, y experimentar la majestuosidad de la Cola de Caballo.

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