Fotografía: SSP

José Carlos Hernández, especialista en investigación criminal, señala que los recientes atentados con explosivos marcan un cambio estratégico de las organizaciones delictivas en el norte del país.

HISTORIASMX. – Los ataques con drones equipados con explosivos perpetrados contra fuerzas de seguridad en Guadalupe y Calvo han encendido las alarmas en el ámbito de la seguridad pública. Según José Carlos Hernández, especialista en Investigación Criminal y presidente de la Federación Mexicana de Criminología y Criminalística, este tipo de tácticas no solo representan una amenaza inmediata en Chihuahua, sino que es probable que se repliquen en otras zonas del llamado «Cuadrilátero Negro», compuesto por Sinaloa, Durango, Chihuahua y Sonora.

Un cambio en las tácticas delictivas.
En entrevista con El Heraldo de Chihuahua, Hernández destacó que el uso de drones para ataques estratégicos es una consecuencia de la reestructuración interna de los cárteles en la región. Este fenómeno, que él denomina parte de la “sexta etapa en la historia del narcotráfico”, ha sido acelerado por eventos recientes como la captura de Ismael «El Mayo» Zambada en julio de este año.

“El contexto geográfico, con cañones, barrancas y caminos intrincados, facilita el encapsulamiento de objetivos desde las alturas. Este tipo de agresiones es una manifestación de la reorganización delictiva que estamos observando”, explicó Hernández.

Riesgo para todo el norte del país.
El experto subrayó que los hechos ocurridos el pasado 25 de diciembre en El Pinito, donde elementos policiales y de la Guardia Nacional fueron atacados con explosivos lanzados desde drones, podrían ser solo el principio de una estrategia que se expandirá por la región.

“El uso de esta tecnología no es casualidad. Representa una evolución en las tácticas de los cárteles, quienes están integrando nuevos recursos para consolidar su control territorial y desafiar a las fuerzas del orden”, comentó.

Drogas sintéticas y el desafío de seguridad.
Hernández también alertó sobre el contexto más amplio en el que se desarrollan estos hechos, destacando la amenaza creciente de drogas sintéticas como el fentanilo, nitazeno, xilacina y cristal. Estas sustancias, con un impacto devastador tanto en México como en Estados Unidos, son un factor clave en la reorganización de las estructuras criminales.

Un llamado a la acción estratégica.
El especialista hizo hincapié en la necesidad de que las autoridades armonicen sus esfuerzos de investigación y combate al crimen organizado, dejando de lado cualquier sesgo político-partidista.

“La seguridad pública enfrenta un reto urgente. Es necesario que las tareas de combate e investigación se fortalezcan, especialmente frente a la sofisticación tecnológica que ahora vemos en el narcotráfico”, concluyó.

Los recientes eventos en Guadalupe y Calvo son un claro recordatorio de la complejidad y peligrosidad de los desafíos que enfrentan las autoridades en la Sierra Tarahumara y más allá, subrayando la urgencia de estrategias integrales y coordinadas.

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