Fotografía: Archivo.

A tan solo dos horas de la ciudad de Torreón, este paraíso desértico se extiende por más de 12 kilómetros. Rodeado por las sierras de Tlahualilo y los Remedios, el valle ofrece un paisaje que, a primera vista, podría parecer inhóspito.

HISTORIASMX. – En el corazón del estado de Coahuila, yace un desierto que desafía la imaginación. Aunque hoy es una extensión de dunas imponentes, hace millones de años fue el lecho de un vasto océano conocido como el Mar de Tetis. Este lugar, llamado el Valle de Acatita, guarda secretos de un pasado acuático, revelados en la fina arena clara y los fósiles marinos que aún yacen en su superficie.

Un Desierto con Alma Marina.

A tan solo dos horas de la ciudad de Torreón, este paraíso desértico se extiende por más de 12 kilómetros. Rodeado por las sierras de Tlahualilo y los Remedios, el valle ofrece un paisaje que, a primera vista, podría parecer inhóspito. Sin embargo, entre las ondulantes dunas se encuentran vestigios de caracoles marinos y conchas de nácar, testigos silenciosos de un pasado en el que estas tierras estaban sumergidas bajo el Mar de Tetis.

Estas dunas, compuestas de arena sílica, son únicas en su tipo. Su textura extrafina y el peculiar brillo perlado de sus granos han atraído tanto a científicos como a turistas. Con una extensión de 15 kilómetros de largo por 5 de ancho, el valle es un santuario natural en el que se practica ecoturismo responsable, con actividades como rapel, paracaidismo, escalada y senderismo. Estas actividades buscan impulsar el turismo y, al mismo tiempo, proteger este tesoro natural de la explotación industrial.

Una Ventana al Pasado.

El Valle de Acatita no solo es un destino para los amantes de la aventura, sino también para aquellos interesados en la arqueología y la paleontología. En la comunidad de General Felipe Ángeles, un pequeño museo paleontológico exhibe fósiles marinos, herramientas prehispánicas y artefactos culturales que datan de cientos de años. Aunque modesto y en condiciones precarias, el museo guarda la herencia de las culturas indígenas como los Xiximes, Acaxees, Tobosos y Apaches, que alguna vez habitaron estas tierras.

Entre los hallazgos más notables se encuentran chuzos (puntas de piedra), cráneos, huaraches de lechuguilla y pinturas rupestres en cuevas. Este legado cultural es resguardado con orgullo por los habitantes de la región, quienes buscan apoyo para mejorar las instalaciones del museo y proteger adecuadamente los tesoros arqueológicos.

Un Cielo para los Amantes de las Estrellas.

Además de su riqueza natural e histórica, el Valle de Acatita es famoso por sus cielos despejados, ideales para la observación astronómica. Con una claridad excepcional, este lugar se ha convertido en un destino predilecto para los entusiastas de la astronomía, quienes acuden para observar lluvias de estrellas y otros fenómenos celestes durante todo el año. Se estima que solo 44 sitios en el mundo cuentan con un cielo tan limpio, lo que hace de este rincón de Coahuila un punto de referencia para los observadores del cosmos.

El Futuro de un Tesoro Natural.

El Valle de Acatita es un ejemplo de la riqueza natural y cultural de Coahuila, un sitio que, a pesar de su potencial turístico, sigue siendo relativamente desconocido. Las autoridades locales buscan su reconocimiento como área natural protegida y promoverlo como un destino turístico de importancia regional. Este esfuerzo no solo contribuiría al desarrollo económico de las comunidades locales, sino también a la preservación de un ecosistema único y a la difusión de un legado cultural invaluable.

Ya sea para caminar descalzo sobre sus suaves arenas, explorar los restos de un mar prehistórico o simplemente disfrutar del silencio bajo un cielo estrellado, el Valle de Acatita ofrece una experiencia única, donde el pasado y el presente convergen en un paisaje que, a pesar de su aridez, rebosa vida y misterio.

Por: Gorki Rodríguez.

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