Fotografía: Archivo.

En áreas como Delicias y Jiménez, la presencia de arsénico y metales pesados en los acuíferos ha alcanzado niveles preocupantes.

HISTORIASMX. – El Río Conchos, que recorre gran parte del estado de Chihuahua antes de desembocar en el Río Bravo, es uno de los sistemas hídricos más importantes del norte de México. Sin embargo, la sobreexplotación de sus aguas, la sequía prolongada, y la falta de una gestión sostenible han puesto en riesgo tanto su flujo como la calidad del agua que abastece a miles de personas. Este reportaje explora las problemáticas más críticas que enfrenta la cuenca del Río Conchos, desde la sobreexplotación de sus acuíferos hasta los retos de cumplir con los tratados internacionales sobre agua.

La cuenca del Río Conchos: Un sistema vital en peligro.

El Río Conchos es la principal fuente de agua de la cuenca hidrográfica del norte de Chihuahua, abarcando aproximadamente 64,000 km², lo que representa el 14% del área total de la cuenca del Río Bravo. Desde su origen en las montañas de la Sierra Madre Occidental hasta su desembocadura en el Río Bravo, el Conchos abastece a ciudades, distritos de riego y comunidades rurales. Pero este recurso vital está bajo amenaza constante.

La presión sobre la cuenca del Conchos ha aumentado debido a la demanda agrícola, que representa más del 90% del consumo de agua en la región. Los métodos de riego ineficientes, junto con la extracción indiscriminada de los acuíferos, han llevado a la sobreexplotación de varias fuentes de agua. El riego agrícola consume cerca de 2,887 millones de metros cúbicos de agua al año, dejando a otros sectores, como el doméstico y el industrial, con un porcentaje mínimo del recurso.

Sobreexplotación de acuíferos: Un recurso al borde del colapso.

La cuenca del Conchos cuenta con importantes acuíferos que proveen agua a las principales zonas agrícolas e industriales. Sin embargo, estos acuíferos están sobreexplotados. En algunos casos, la extracción anual supera con creces la recarga natural, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de este recurso a largo plazo. Según estudios recientes de la Comisión Nacional del Agua (CNA), el acuífero Chihuahua-Sacramento, por ejemplo, presenta una sobreexplotación del 127%, mientras que el acuífero Jiménez-Camargo tiene un déficit del 24%.

Además de la sobreexplotación, la sequía persistente ha agravado aún más la situación. La falta de lluvias ha reducido drásticamente los niveles de las presas y ha obligado a muchos agricultores a depender exclusivamente del agua subterránea para sus cultivos, lo que ha llevado a un descenso alarmante en los niveles de los acuíferos. Solo el 25% de los 60 acuíferos más importantes de Chihuahua han sido estudiados con detalle, lo que impide una comprensión completa de su estado.

El impacto del Tratado de Aguas de 1944.

La gestión del agua en el Río Conchos no es solo un asunto local, sino también internacional. Según el Tratado de Aguas de 1944 entre México y Estados Unidos, México debe liberar ciertos volúmenes de agua al Río Bravo para satisfacer las demandas de los estados fronterizos de ambos países. Sin embargo, las sequías han impedido a México cumplir plenamente con sus obligaciones, lo que ha generado tensiones entre ambos países.

Los campesinos texanos han acusado a México de incumplir el tratado, argumentando que debería haber liberado más agua durante los periodos de sequía. México, por su parte, señala que el tratado permite utilizar el agua para cubrir primero las necesidades dentro de la cuenca del Conchos. Esta situación ha puesto de relieve la importancia de una gestión más eficiente y equitativa del agua en ambos lados de la frontera.

La calidad del agua: Una preocupación creciente.

Además de la escasez de agua, la calidad del agua en la cuenca del Conchos también está en deterioro. La contaminación por descargas agrícolas, industriales y urbanas ha degradado la calidad del agua en varios puntos de la cuenca. Según la CNA, el Río Conchos se ha convertido en el mayor receptor de aguas negras municipales y agrícolas en la región.

En áreas como Delicias y Jiménez, la presencia de arsénico y metales pesados en los acuíferos ha alcanzado niveles preocupantes. En algunos casos, el agua contaminada se mezcla con otras fuentes para reducir la concentración de estos elementos tóxicos, pero esta solución es temporal y no aborda el problema de fondo. La falta de plantas de tratamiento de aguas residuales en muchas localidades de la cuenca agrava la situación, poniendo en riesgo tanto la salud pública como la sostenibilidad del recurso.

Propuestas y retos para una gestión sostenible.

Frente a estos desafíos, la Comisión Nacional del Agua (CNA) ha propuesto varias soluciones. Entre ellas, se destaca la necesidad de mejorar la eficiencia en los sistemas de riego, reducir el uso del agua en el sector agrícola y fomentar la adopción de tecnologías de riego más eficientes, como el riego por goteo. Además, se ha planteado la posibilidad de redistribuir los derechos de uso del agua entre los sectores agrícola y urbano para garantizar un uso más equitativo.

Sin embargo, estas medidas no son suficientes si no se abordan de manera integral todos los factores que contribuyen a la crisis del agua en Chihuahua. La falta de datos actualizados sobre los acuíferos, la insuficiencia de sistemas de medición y monitoreo, y la sobreexplotación descontrolada del recurso son barreras que deben ser superadas para lograr una gestión sostenible.

Conclusión: El futuro incierto del Río Conchos.

El futuro del Río Conchos y de los recursos hídricos en Chihuahua depende de la implementación urgente de políticas de conservación y manejo sostenible. La presión sobre el agua en esta región es inmensa, y si no se toman medidas drásticas, la cuenca del Conchos podría enfrentar una crisis irreversible en las próximas décadas. La eficiencia en el uso del agua, la conservación y la colaboración entre los diferentes sectores son fundamentales para garantizar que las generaciones futuras puedan seguir dependiendo de este recurso vital.

Por: Gorki Belisario Rodríguez Ávila.

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