La historia del profe Belisario es un recordatorio del poder del conocimiento y de cómo la educación puede ser una herramienta subversiva en un contexto de represión y censura. En una época en la que el acceso al conocimiento era restringido, su biblioteca comunitaria fue un oasis de sabiduría en uno de los barrios más marginados de Monterrey.
HISTORIASMX. – La historia de la educación en México está llena de personajes que, en medio de dificultades y censuras, lucharon por llevar el conocimiento a las comunidades más marginadas.
Uno de esos personajes es Belisario Rodríguez, un profesor cuya misión en la década de los 70 fue más que educar: fue subvertir el sistema desde su comedor, con una biblioteca pública que desafiaba los preceptos del gobierno de su época.
La Biblioteca Subversiva: Un Proyecto Revolucionario en Las Nuevas Colonias.
En 1974, Belisario Rodríguez, acompañado por los profesores Raúl Murillo, José González y Graciela Lozano, fundó una biblioteca comunitaria en su propio hogar, en la colonia Las Nuevas Colonias de Monterrey, Nuevo León. En un contexto en el que el acceso a la educación y a la cultura era casi inexistente para las clases marginadas, este proyecto representaba una auténtica revolución. «Ante la falta de espacios por parte del gobierno, decidimos empezar la biblioteca en el comedor de la casa», relataba Belisario en entrevistas posteriores.
La biblioteca albergaba más de mil ejemplares de libros, así como una impresionante colección de fósiles, minerales y arte. A pesar de ser un proyecto comunitario y sin fines de lucro, esta biblioteca no solo fue un punto de encuentro para el saber, sino también un espacio de resistencia frente a un sistema que veía en la educación crítica una amenaza. Durante seis años, la biblioteca llegó a atender semanalmente a más de 400 personas, brindando acceso a libros y recursos que de otro modo habrían estado fuera de su alcance.
Una Acción Subversiva en Tiempos de Censura.
El proyecto educativo del profesor Belisario no solo consistía en ofrecer libros y conocimientos, sino en desafiar el statu quo. En la década de los 60, 70 y 80, la difusión de ciertos materiales, especialmente aquellos relacionados con figuras como Karl Marx, era considerada subversiva por el gobierno mexicano. Cualquier esfuerzo por promover la lectura de textos que no estuvieran alineados con los valores del PRI (Partido Revolucionario Institucional) era visto como un ataque a la integridad de la nación.
Por esta razón, la biblioteca de Las Nuevas Colonias no solo era un espacio educativo, sino también un símbolo de resistencia. La labor de Rodríguez y sus compañeros docentes fue registrada en los archivos de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), donde se clasificó su biblioteca como un espacio subversivo. En este sentido, Belisario y su equipo no solo impulsaban la lectura, sino que, en los ojos del gobierno, estaban fomentando una revolución silenciosa a través del conocimiento.
Educación y Conocimiento en las Zonas Marginadas.
La ubicación de la biblioteca no fue casual. Las Nuevas Colonias, uno de los barrios más pobres y olvidados de Monterrey, carecía de servicios básicos, y la educación era un lujo al que pocos podían acceder. «Rodríguez señaló que decidieron ubicar la biblioteca en esa colonia al observar que los alumnos no contaban con un lugar de diversión, investigación y entretenimiento», según se lee en uno de los fragmentos rescatados por Edgar Favela, filósofo de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
La biblioteca no solo ofrecía un espacio para el aprendizaje, sino también un lugar de conciencia social. Belisario Rodríguez veía en la educación una forma de empoderar a las masas. Según sus palabras: «Considerábamos que un museo era muy necesario para el alumno y la sociedad, porque debe haber una conexión y vivencia propia con lo que están leyendo y lo que ven». Esta era la esencia del proyecto: no solo acercar los libros a las personas, sino también proporcionarles experiencias tangibles, como la colección de fósiles y minerales, que conectaran el aprendizaje con la realidad.
El Legado de la Biblioteca y la Lucha por la Conciencia Social.
Aunque la biblioteca comunitaria de Las Nuevas Colonias cerró en 1980, el legado de Belisario Rodríguez sigue vivo. La razón de su clausura fue la emigración de los profesores en busca de nuevas oportunidades, pero el impacto de su proyecto quedó registrado en la historia local y en la memoria de aquellos que fueron parte de su comunidad.
El propio Edgar Favela, sobrino del profesor Belisario, compartió recientemente sus recuerdos sobre este importante proyecto: «Aunque no me tocó ver esa biblioteca en pie, los vestigios que quedaron —un montón de cajas con novelas, libros de historia y enciclopedias— fueron decisivos para que posteriormente me sintiera atraído por los libros y la literatura». Este es solo uno de los muchos testimonios que destacan la influencia de la biblioteca en la vida de quienes tuvieron la fortuna de interactuar con ella.
La reflexión de Favela sobre la importancia del contacto con los libros es reveladora: «La mejor manera de promover los libros y fomentar el acercamiento y gusto por la lectura y la literatura es por el contacto… Si no tienes libros entre tus manos, es bien difícil que aprendas a valorarlos y quererlos». En otras palabras, la biblioteca comunitaria de Belisario fue un espacio donde los libros no solo se leían, sino que se vivían.
Belisario Rodríguez: De Monterrey a Chihuahua, Un Viaje de Compromiso Social.
Tras cerrar la biblioteca en Monterrey, Belisario Rodríguez emigró al estado de Chihuahua, donde continuó su labor como docente y luchador social. Su compromiso con la educación y la concienciación no terminó en Las Nuevas Colonias, sino que se extendió por todo el país. Aunque su figura no siempre ha sido reconocida en los registros oficiales, su legado sigue vivo en las historias de quienes lo conocieron y en los movimientos sociales que han continuado su lucha.
La historia del profe Belisario es un recordatorio del poder del conocimiento y de cómo la educación puede ser una herramienta subversiva en un contexto de represión y censura. En una época en la que el acceso al conocimiento era restringido, su biblioteca comunitaria fue un oasis de sabiduría en uno de los barrios más marginados de Monterrey. Su lucha por llevar la educación a los olvidados no solo fue un acto de generosidad, sino también una rebelión contra un sistema que temía el despertar de las conciencias.
Hoy, a más de 40 años de la fundación de esa biblioteca, su espíritu sigue siendo una fuente de inspiración para quienes creen en la capacidad transformadora de los libros.
Este reportaje busca rescatar la importancia del profesor Belisario Rodríguez como un actor clave en la promoción del conocimiento subversivo en México, al tiempo que destaca su legado en la lucha por la concienciación social.
Por: Gorki Rodríguez.