En el fascinante reino de los insectos, la Mantis Religiosa, científicamente conocida como Mantis religiosa, emerge como una criatura única y misteriosa que ha cautivado la atención de entomólogos y curiosos por igual.

HISTORIASMX. – Este insecto, apodado de diversas maneras como «santateresa», «silbata» o simplemente «mantis», revela un complejo mundo de comportamientos, adaptaciones y una relación intrigante con el ser humano.

Con una amplia distribución en Eurasia y África, la Mantis Religiosa encontró su camino hacia Norteamérica en 1899, convirtiéndose sorprendentemente en el insecto oficial del estado de Connecticut, a pesar de ser una especie introducida. Sus características físicas, como un tórax largo, antenas delgadas y patas delanteras fuertes con espinas, la distinguen en el mundo de los insectos, donde utiliza estas herramientas para atrapar a sus presas y devorarlas vivas.

La aparente actitud de «rezar» de la mantis mientras acecha a sus presas es solo una de las facetas intrigantes de su comportamiento. Estos insectos solitarios, a excepción de la temporada de reproducción, pueden vivir hasta un año, durante el cual mudan seis veces antes de alcanzar la adultez.

El periodo de apareamiento es un momento crítico y, a veces, peligroso para el macho, ya que las hembras pueden volverse agresivas e incluso devorar a su compañero después o durante el acto. Este comportamiento, aunque mitificado, agrega un elemento dramático a la vida de la Mantis Religiosa.

Su alimentación, basada en la caza al acecho, demuestra una destreza impresionante. Las mantis son capaces de capturar presas en vuelo, como moscas, gracias a la rapidez de sus patas delanteras. Su dieta no se limita a insectos, ya que pueden alimentarse de ranas, lagartijas, pequeños ratones, polillas e incluso colibríes.

La reproducción de las mantis culmina con la puesta de huevos en otoño, que eclosionan en primavera. Sin embargo, el canibalismo juvenil entre los hermanos reduce la tasa de supervivencia.

Aunque en algunas culturas se ha mirado a la Mantis Religiosa con desconfianza y miedo, es importante destacar que este insecto no es venenoso para los humanos y no transmite enfermedades. Su capacidad para ver imágenes en tercera dimensión y centrarse en el movimiento para cazar a sus presas revela un fascinante mundo sensorial.

En resumen, la Mantis Religiosa no es simplemente un insecto común; es una maravilla de la naturaleza que continúa sorprendiendo y cautivando a aquellos que exploran más allá de su apariencia única y aparentemente serena.

Fotografía: Gorki Rodríguez / HISTORIASMX.

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