Fotografía: Archivo. .

Esculpido por los años y el agua, el majestuoso Cañón de Namúrachi se ubica a 120 kilómetros de la capital, en el poblado de San Francisco de Borja.

HISTORIASMX. – Este lugar es uno de los caprichos naturales más impresionantes del estado de Chihuahua, convirtiéndolo en un destino único para los amantes de la naturaleza, senderismo, deportes extremos, y momentos agradables en familia. Aquí, las inmensas cavidades formadas a lo largo de millones de años por la erosión del agua, crean un paisaje impresionante.

El parque ecológico del Cañón de Namúrachi se encuentra a 150 kilómetros de la capital del estado, en el municipio de San Francisco de Borja, que tiene una población de alrededor de mil 157 habitantes según cifras del INEGI. Al llegar a San Francisco de Borja, los turistas encontrarán señalamientos que indican la ubicación del Cañón de Namúrachi, situado a 10 kilómetros del poblado. Un camino de terracería que atraviesa un río conduce a uno de los lugares más indómitos del Estado Grande.

El Cañón de Namúrachi está formado por paredes de granito de más de 25 metros de altura, que se erigen desde una grieta central, creada a través de millones de años por la acción de la lluvia. Este cañón se extiende por 700 metros, serpenteando entre las cadenas montañosas hasta llegar a su parte final, donde la luz del día que entra al fondo de la grieta parece formar un portal a otra dimensión.

Para una visita más tranquila y segura, los turistas pueden usar Google Maps, texteando «Cañón de Namúrachi» para obtener direcciones, tiempo estimado de llegada y comandos de voz hasta el parque ecológico.

El recorrido comienza en el lecho de un arroyo, y a pocos metros, las inmensas rocas de granito talladas por el agua y el viento muestran sus majestuosas formas. El camino habilitado para los turistas es solo una pequeña parte del Cañón, ya que a los alrededores se puede ver el verdadero lecho del arroyo, con arenas blancas y espesas que albergan una gran variedad de insectos y helechos.

Casi al final del recorrido principal, se encuentra un enorme acantilado con innumerables cuevas, que parecen un hábitat de humanos gigantes. Las cuevas se extienden por lo alto del acantilado, formando muescas como las encontradas en un trozo de queso cheddar. Al final del cañón, una cueva con un pequeño orificio parece la cúpula de una catedral tallada en piedra, donde un rayo de luz baja hasta el fondo de la cueva, simulando una puerta astral a otra dimensión.

Durante la Guerra Cristera, esta cueva fue utilizada para misas clandestinas. Actualmente, en la parte final del cañón se encuentra un pequeño templo católico dedicado al Sagrado Corazón, donde se celebraba la eucaristía en tiempos cristeros. Además, la cueva ha sido testigo de eventos musicales debido a su acústica, siendo un lugar idóneo para música de cámara o clásica.

Desde el inicio hasta el final del recorrido, se pueden ver robles milenarios y grandes helechos que forman parte del paisaje del cañón. En las áreas aledañas, una caminata entre la sierra revela innumerables cuevas, ideales para los amantes de la adrenalina.

Las actividades en el parque ecológico del Cañón de Namúrachi incluyen senderismo, campismo, excursión, escalada, rapel y búsqueda fósil. Para una estancia cómoda, se pueden consumir alimentos en el área, respetando siempre las instalaciones y colaborando con la limpieza del lugar para proteger el ecosistema y la fauna.

En temporada de lluvias, las paredes del cañón se convierten en cascadas, con impresionantes chorros de agua que descienden desde lo alto y forman un río en el fondo del arroyo. Sin embargo, durante estas temporadas, no se recomienda la estancia dentro del cañón para garantizar la seguridad de los visitantes.

El Cañón de Namúrachi es uno de los grandes atractivos del estado de Chihuahua, un lugar ideal para visitar en compañía de familiares y amigos, disfrutar de momentos agradables, y conectar con la naturaleza.

Por historias