Fotografía: Antonio Holguín / HISTORIASMX / Google Heart.

Actualmente el agua del cenote el Hundido, se utiliza para irrigar más de 50 hectáreas de nogal.

HISTORIASMX. – Enclavado en la majestuosa Sierra el Diablo y asentado a 1329 metros sobre el nivel del mar, se encuentra «El Hundido», un cenote que redefine el paisaje de Jiménez, Chihuahua.

Este fenómeno natural no solo es el cenote más grande del estado, sino también un portal a un pasado rico y misterioso, marcado por tragedias y leyendas antiguas.

Un Viaje hacia lo Desconocido.

Llegar a «El Hundido» es una aventura en sí misma. Partiendo desde Jiménez, el viaje lleva a los exploradores a través de dos horas de carretera hacia el ejido Liberación.

Desviándose cerca del kilómetro 157, la ruta se sumerge en caminos desérticos, donde la flora de cactáceas y las tolvaneras son compañeras constantes. A pesar del frío del invierno, el sol del desierto no ofrece tregua, creando un contraste intenso que desafía a los aventureros.

Un Abismo de Proporciones Épicas.

Al llegar a «El Hundido», los visitantes se enfrentan a una abertura imponente de 50 metros de diámetro, que sirve de preludio a un abismo vertical que se extiende entre 185 y 200 metros hacia abajo. Dentro de esta cavidad natural, una pequeña isla de rocas y una laguna vasta aguardan, rodeadas de ‘colmillos pétreos’ que decoran el descenso, ofreciendo un espectáculo visual tanto intimidante como fascinante.

Orígenes Entre la Ciencia y la Mística.

«El Hundido» es fruto de la interacción entre leyendas místicas y estudios científicos. Descubierto hace más de cincuenta años por Don Luis Martínez, este cenote ha permanecido en gran medida un secreto para protegerlo de la explotación.

Las teorías sobre su formación varían desde la intervención cósmica de un meteorito hasta procesos naturales de erosión por agua, que eventualmente colapsaron las rocas del terreno para revelar este oculto espejo de agua y ríos subterráneos.

Ecos de Civilizaciones Antiguas.

El sitio ha sido testigo de hallazgos de fósiles y artefactos de antiguas civilizaciones, sugiriendo que «El Hundido» fue un lugar de importancia para los pueblos prehispánicos, quienes posiblemente lo utilizaban para rituales sagrados. Incluso hoy, el lugar resuena con un misterioso rugido antes de la lluvia, un fenómeno que ni la ciencia ni lo místico han logrado explicar completamente.

Fuente de Vida en el Desierto.

A pesar del entorno árido, «El Hundido» se ha convertido en un recurso vital para la agricultura local, especialmente para el riego de más de 50 hectáreas de nogales. Además, sus aguas son el hogar de una colonia de murciélagos, lo que subraya su rol como un santuario de biodiversidad.

Tragedia y Legado.

La reciente tragedia donde el Dr. Rodolfo Antonio Martínez Torres perdió la vida al caer al cenote mientras intentaba instalar una bomba sumergible, ha teñido al lugar de una sombra trágica. A pesar de este evento lamentable, «El Hundido» continúa siendo un emblema de la naturaleza y la historia de Chihuahua, recordando el legado de aquellos que han trabajado por preservarlo.

«El Hundido» no es solo un fenómeno geológico impresionante, sino también un crisol de historias humanas y naturales que invitan a la reflexión sobre la fragilidad y la majestuosidad del mundo natural. Este cenote sigue siendo un destino para aquellos que buscan entender más sobre nuestro pasado y cómo cuidar nuestros recursos naturales para el futuro.

Colonia de Murciélagos en el Hundido.

En el «El Hundido», el cenote más grande y profundo de Chihuahua ubicado en el faldeo de la Sierra el Diablo, investigadores identificaron una colonia de millones de murciélagos que habita en sus profundidades. Este hallazgo destaca no solo por su magnitud, sino también por la importante función ecológica que estos mamíferos desempeñan en el control de plagas y la polinización.

Un Ecosistema Subterráneo Rico y Vital.

«El Hundido», conocido por sus impresionantes dimensiones y su papel en la historia natural de la región, alberga ahora una de las colonias más grandes de murciélagos observadas en el norte de México. Estos animales, que pasan sus días descansando en las oscuras y frescas cavidades del cenote, emergen al atardecer en espectaculares nubes para alimentarse de insectos en los alrededores.

Beneficios Ecológicos de los Murciélagos.

Los murciélagos son agentes cruciales para la salud ecológica, conocidos por su capacidad de consumir grandes cantidades de insectos cada noche.

En el caso de «El Hundido», se estima que la colonia puede devorar toneladas de insectos, incluidos muchos plagas agrícolas, lo que proporciona un servicio natural de control de plagas para la agricultura local, especialmente importante para los cultivos de nogal en la región.

Además, algunos de los murciélagos en «El Hundido» son polinizadores conocidos, que juegan un papel crucial en la polinización de plantas nativas y cultivos. Este servicio aumenta la biodiversidad y ayuda a mantener los ecosistemas saludables y funcionales.

Conservación y Estudio.

La existencia de esta colonia de murciélagos ha motivado a la comunidad científica y a las autoridades locales a aumentar los esfuerzos de conservación en el área. «Es vital que protejamos este hábitat no solo por su belleza natural y su importancia histórica, sino también por el bienestar de esta población de murciélagos que tanto contribuye al equilibrio ecológico de nuestra región», explicó un ecólogo involucrado en el estudio del cenote.

Llamado a la Acción.

Con este descubrimiento, «El Hundido» se consolida aún más como un sitio de importancia ecológica y científica. Se hace un llamado a la comunidad y a los visitantes para que apoyen las medidas de conservación y participen en la educación ambiental, para asegurar la protección de estos aliados naturales tan esenciales para nuestro ecosistema.

Este hallazgo no solo aporta a nuestro conocimiento de la biodiversidad de Chihuahua, sino que también subraya la importancia de los esfuerzos continuos de conservación y estudio para preservar nuestros recursos naturales únicos para futuras generaciones.

Por: Gorki Rodríguez.

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