La aventura comienza con el «Chepe», el pintoresco tren Chihuahua al Pacífico, que atraviesa las barrancas en un recorrido inolvidable, que te deleitara con sus paisajes, ecosistemas y lo verde de la sierra.
HISTORIASMX. – Las Barrancas del Cobre, también conocidas como el Cañón del Cobre, se erigen majestuosas en la Sierra Tarahumara, en el suroeste del estado mexicano de Chihuahua. Este impresionante sistema de siete barrancas, cuatro veces más extenso que el Gran Cañón de Colorado, no solo destaca por su magnificencia geográfica sino también por su importancia cultural al ser el hogar de la comunidad indígena Rarámuri o Tarahumara.
La aventura comienza con el «Chepe», el pintoresco tren Chihuahua al Pacífico, que atraviesa las barrancas en un recorrido inolvidable. El trayecto, entre Divisadero y Los Mochis, se interna en la montaña, ofreciendo vistas espectaculares de acantilados, túneles intrigantes y puentes que desafían la gravedad. Más que un medio de transporte, el «Chepe» es una experiencia turística única.
Hoy en día, es posible explorar las Barrancas del Cobre por carretera desde Chihuahua, con aproximadamente cinco horas de viaje. Aquellos que buscan una perspectiva más impresionante pueden optar por un vuelo en helicóptero sobre estas maravillas naturales.
Las leyendas locales añaden un toque místico a este paisaje imponente. Se dice que las barrancas se formaron durante la creación del mundo, cuando las piedras aún eran maleables. Hace más de 20 millones de años, eventos tectónicos dieron vida a esta red de cañones, abarcando una extensión de 60,000 km².
Entre las barrancas más destacadas se encuentran Urique, la más profunda de México; La Sinforosa, con sus majestuosas cascadas Rosalinda y San Ignacio; Batopilas, declarado Pueblo Mágico; Candameña, con las cascadas más altas de México, Piedra Volada y Basaseachic; Huapoca, hogar de sitios arqueológicos; y Chínipas, donde se asienta la misión más antigua de la Sierra Tarahumara.
El Parque Nacional Cascada de Basaseachi, con caídas de 270 m y 500 m, ofrece un espectáculo natural fascinante. El área alberga una diversidad de vegetación y animales, proporcionando oportunidades para caminatas, paseos en bicicleta y alojamiento.
El «Chepe» no solo es un medio de transporte, sino una ventana a las maravillas naturales y culturales. Con estaciones turísticas como Cuauhtémoc, Creel, Divisadero, Posada Barrancas, Bauichivo, Temoris, El Fuerte y Los Mochis, el tren permite explorar la región de manera cómoda y pintoresca.
El clima en las Barrancas del Cobre varía según la estación del año, ofreciendo desde un clima alpino en las altitudes más elevadas hasta un clima subtropical en el fondo del cañón. Este diverso entorno ha sido escenario de programas de televisión, como un episodio de «A Prueba de Todo» con Bear Grylls.
Los poblados de Creel, Batopilas y Urique enriquecen la experiencia con su rica historia y autenticidad. Los viajeros pueden disfrutar de la hospitalidad local y adquirir artesanías tarahumaras.
Las Barrancas del Cobre no solo son un tesoro natural, sino también un testimonio de la riqueza cultural de México. Su magnificencia y diversidad las convierten en un destino imperdible, dejando a los visitantes maravillados ante la grandeza de la naturaleza y la herencia indígena que perdura en este rincón del mundo. ¡Descubre la magia de las Barrancas del Cobre y sumérgete en una experiencia única!
Fotografía: Archivo.