Descubre la fascinante historia y tradiciones de los guarijíos, una comunidad que ha dejado una huella única en las estribaciones de la Sierra Madre Occidental, en los límites entre Chihuahua y Sonora.

HISTORIASMX. – En las remotas regiones de Uruachi, Chínipas y Moris en Chihuahua, y Álamos, Quiriego y Rosario en Sonora, se encuentran los guarijíos, una comunidad autodenominada «warihó» cuyo idioma pertenece a la familia lingüística yuto-nahua. Este grupo étnico, que ha habitado estas tierras desde la llegada de los españoles, despierta la curiosidad con su lengua única y su identidad cultural arraigada.

Orígenes y conexiones culturales: Un vínculo entre Tarahumaras y Mayos.

Los guarijíos son descendientes de bandas que migraron desde el suroeste de lo que ahora son los Estados Unidos y se establecieron en la zona conocida como Baja Tarahumara.

Su vida tradicional de caza y recolección experimentó transformaciones significativas con la llegada de los colonizadores españoles en los siglos XVII y XVIII, dando lugar a rebeliones que moldearon su historia y división en dos núcleos influenciados por tarahumaras y mayos.

Fiestas anuales: Celebrando la identidad Guarijía.

La Semana Santa se erige como una de las principales festividades anuales para los guarijíos, llevándose a cabo durante tres días en el pueblo interétnico de Loreto, Chínipas.

Esta celebración única incluye rezos, danzas de pascolas y fariseos, así como ceremonias de curación, bautizos y casamientos. Además, las rancherías acogen la festividad de la tuguri, donde la gastronomía regional, los tamales, el café, y el baile son protagonistas.

Artesanía y tradición: La palma como tesoro sagrado.

Los guarijíos tienen una tradición arraigada en la recolección de la palma real, llamada saó, utilizada para tejer sombreros, cestos y petates. Para esta comunidad, la palma es más que un material; es un regalo sagrado de Dios que les protege de enfermedades y fenómenos naturales.

Las mujeres tejen la palma durante la temporada de lluvias, creando patrones de flores en servilletas de manta. Por otro lado, los hombres trabajan con cuero y carona, elaborando bolsas, morrales y bancos, dejando una marca distintiva en el arte y la artesanía regional.

Explorar la vida de los guarijíos es sumergirse en una rica tradición cultural, donde la lengua, las festividades y las habilidades artesanales forman un tapiz que refleja la identidad única de este grupo étnico.

En un mundo moderno en constante cambio, los guarijíos mantienen viva su herencia, recordándonos la importancia de preservar y valorar las riquezas culturales que dan forma a nuestra diversidad global.

Fotografía: INPI

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