Versiones al interior de ambas corporaciones confirmaron que esta movilización se da en respuesta a los hechos delictivos de alto impacto ocurridos durante los primeros seis meses del año en municipios como Guachochi, Guadalupe y Calvo, Balleza, entre otros.
HISTORIASMX. – Alrededor de 200 unidades de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) han llegado a la zona serrana del estado de Chihuahua con el objetivo de reforzar la seguridad y reducir las incidencias delictivas, principalmente enfrentamientos y homicidios.
Versiones al interior de ambas corporaciones confirmaron que esta movilización se da en respuesta a los hechos delictivos de alto impacto ocurridos durante los primeros seis meses del año en municipios como Guachochi, Guadalupe y Calvo, Balleza, entre otros. Estos hechos han incluido enfrentamientos armados que han resultado en homicidios y el desplazamiento de familias.
El operativo masivo desplegado en la Sierra Tarahumara busca inhibir la comisión de diversos delitos, especialmente aquellos relacionados con la violencia entre grupos antagónicos. Aunque no se ha brindado información oficial de manera detallada, se sabe que las unidades comenzaron a arribar a la región durante la tarde de ayer y continuarán llegando hoy, para luego entrar en coordinación con las autoridades locales.
Estas 200 unidades estarán trabajando en conjunto con la policía estatal, llevando a cabo recorridos preventivos y otras labores de seguridad. A pesar de que no se ha especificado cuánto tiempo permanecerán en cada uno de los municipios, se espera que la presencia de la Guardia Nacional y la Sedena sea constante y efectiva.
Cabe recordar que en estos municipios serranos ya existe un operativo de vigilancia conformado por la Base de Operaciones Interinstitucional (BOI), que realiza recorridos de seguridad, especialmente en Guachochi y Guadalupe y Calvo. La llegada de las nuevas unidades federales busca fortalecer estos esfuerzos y garantizar una mayor protección a la población.
Este despliegue responde a la necesidad urgente de controlar la situación de seguridad en la Sierra Tarahumara, proporcionando una respuesta contundente a los recientes actos de violencia y reafirmando el compromiso del gobierno federal de proteger a los ciudadanos y restaurar la paz en la región.