La Fiscalía General del estado de Sinaloa está investigando la desaparición del agente ministerial Ramón Alberto Báez Ochoa, quien fue mencionado en una narcomanta como líder de una banda dedicada al robo a casa habitación.
HISTORIASMX. – Báez Ochoa lleva desaparecido varios días, y su ausencia coincidió con la aparición de dicha manta, lo que ha generado gran preocupación y una investigación intensiva por parte de las autoridades.
En una rueda de prensa, la fiscal Sara Bruna Quiñónez Estrada explicó que Báez Ochoa había dejado de asistir a su trabajo dos días antes de que la manta fuera descubierta. Ante la gravedad de las acusaciones y su prolongada ausencia, las autoridades han iniciado oficialmente una investigación por desaparición. «Tenemos algunos datos que pueden confirmar lo que se decía en las mantas, pero él no ha aparecido», señaló Quiñónez Estrada.
Como medida precautoria, la Fiscalía ha suspendido el pago de sueldo a Báez Ochoa y ha pasado el caso al Órgano Interno de Control. Hasta el momento, ningún familiar se ha acercado a las autoridades para ofrecer información adicional o declaraciones sobre el caso.
La fiscal Quiñónez Estrada expresó su consternación y la vergüenza que supone para la institución el estar investigando a uno de sus elementos. «Es un golpe para nosotros; es una vergüenza que uno de nuestros elementos, que consideramos confiable, se vea involucrado en estas actividades», comentó la fiscal.
Además, las mantas mencionan a otras tres personas supuestamente involucradas en delitos similares, incluyendo a un elemento de la Fiscalía General de la República, aunque la Fiscalía estatal no ha emitido comentarios específicos sobre estos individuos.
Este caso surge en un contexto de tensión en Culiacán, donde recientemente se registró el secuestro de 66 personas, con una clara referencia en las mantas a una disputa interna dentro del Cártel de Sinaloa, liderada por Iván Archivaldo Guzmán, hijo de Joaquín Guzmán Loera. Las mantas advertían contra el robo, secuestro, extorsión y cobro de piso, delineando claramente los «principios de la organización».
La situación de Báez Ochoa es particularmente alarmante dado que los apellidos coinciden con los de una de las mujeres desaparecidas durante los secuestros en Culiacán el 22 de marzo, aumentando la complejidad y urgencia del caso para las autoridades de Sinaloa.