Fotografía: HISTORIAMSX.

La libertad de prensa no puede seguir siendo un ideal inalcanzable en México. Las autoridades deben recordar que la prensa es fundamental para una democracia sana, y cualquier ataque contra ella es un ataque contra la libertad misma. En Jiménez, como en todo el país, esperamos que el nuevo gobierno de Muñoz elija el camino correcto.

HISTORIASMX. – En 2023, ARTICLE 19 registró 561 agresiones contra la prensa, lo que representa una estadística preocupante para cualquier democracia. En México, los periodistas enfrentan una agresión en promedio cada 16 horas. A pesar de una reducción del 19.40% en los casos de violencia respecto a 2022, la situación sigue siendo alarmante, especialmente en lugares donde la autoridad misma se convierte en el principal agresor.

La administración saliente en Jiménez, encabezada por el exalcalde Marcos Chávez, dejó una marca oscura en la relación entre las fuerzas del orden y los periodistas. Durante su mandato, el acoso policial fue una constante, especialmente hacia aquellos que se dedicaban a la investigación y no a la farándula. El caso de Gorki Rodríguez, un periodista que laboraba durante el año del 2022 en el periódico El Sol de Parral, es emblemático. Rodríguez fue víctima de una parada ilegal por parte de la policía de Jiménez, donde tanto él como su familia fueron fotografiados y acosados mientras los oficiales hablaban en sus celulares, poniendo en riesgo su seguridad. Estos actos no sólo son inaceptables, sino que reflejan una política de represión sistemática hacia quienes ejercen el periodismo independiente.

Ahora, con la llegada de Pancho Muñoz como nuevo alcalde, quien tomó posesión el 10 de septiembre, queda por ver si esta tendencia se repetirá o si habrá un cambio significativo. ¿Continuará el acoso policial bajo su mando o se respetará la libertad de prensa?

El caso de Jiménez no es único. A lo largo de 2023, ARTICLE 19 documentó que el Estado mexicano fue responsable del 51.16% de las agresiones a periodistas. Las autoridades locales, como las fuerzas policiales y civiles, han sido responsables de detenciones arbitrarias, intimidaciones y uso ilegítimo del poder público, lo que plantea una grave amenaza para la libertad de expresión en el país. De hecho, varios periodistas han sido asesinados en el último año, entre ellos Ismael Villagómez Tapia en Chihuahua, lo que subraya el peligro que enfrentan aquellos que buscan reportar la verdad en México.

La violencia no solo proviene de actores estatales. También hay una gran presión de grupos criminales, especialmente en estados como Chiapas, donde la disputa territorial ha generado zonas de silencio, lugares donde los periodistas ya no pueden cubrir los hechos sin temor a represalias. Como señaló la periodista Ángeles Mariscal, en estos casos, la violencia no se puede medir solo en cifras, sino también en el silencio impuesto a quienes buscan informar.

La administración de Pancho Muñoz tiene ante sí un reto monumental: demostrar que es posible gobernar sin recurrir al acoso o la represión. Pero la duda persiste, ¿será capaz de romper con el ciclo de violencia contra la prensa, o veremos una repetición de los mismos patrones?

El año 2024, marcado por las elecciones, será crucial para la libertad de prensa en México. Es un momento decisivo para que los gobiernos locales y federales den un paso adelante y protejan a quienes ejercen el periodismo. Sin embargo, la historia reciente nos enseña que, a menudo, los cambios prometidos quedan en el papel. La verdadera prueba vendrá en los próximos meses, cuando los periodistas continúen exponiendo las verdades incómodas en un contexto de creciente inseguridad y violencia.

La libertad de prensa no puede seguir siendo un ideal inalcanzable en México. Las autoridades deben recordar que la prensa es fundamental para una democracia sana, y cualquier ataque contra ella es un ataque contra la libertad misma. En Jiménez, como en todo el país, esperamos que el nuevo gobierno de Muñoz elija el camino correcto.

Por: Gorki Rodríguez.

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