Fotografía: Archivo.

A 34 años de su último desecamiento total, la Laguna de Bustillos, en el municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, enfrenta una crisis sin precedentes que amenaza no solo su ecosistema, sino la supervivencia de uno de los humedales más importantes de la región norte del país.

HISTORIASMX. – En un escenario que parece repetirse desde 1989, la Laguna de Bustillos, ubicada en el seccional de Anáhuac, ha quedado reducida a pequeños charcos de aguas negras y extensas áreas de polvo blancuzco. Este panorama desolador no solo refleja los efectos de la prolongada sequía que ha afectado a la región durante los últimos dos años, sino también el impacto de años de contaminación y explotación inadecuada de sus recursos hídricos.

El Impacto de la Sequía

La prolongada ausencia de lluvias ha impedido la recarga natural de los ríos y arroyos que nutren a este cuerpo de agua, ubicado en una cuenca cerrada. Según Pedro Ortiz Franco, presidente de la Cuenca Laguna de Bustillos-Laguna de los Mexicanos, la situación es “catastrófica”. La desaparición casi total del espejo de agua no solo ha modificado drásticamente el ecosistema, sino que plantea retos alarmantes para el próximo año. “El panorama es desolador,” indicó Ortiz Franco. “Estamos perdiendo uno de los principales humedales de la región, lo que tendrá consecuencias graves para la biodiversidad y los recursos hídricos de la cuenca.”

Contaminación y Uso Indebido del Recurso Hídrico

A la problemática climática se suma un largo historial de contaminación. Durante años, aguas residuales urbanas de la cabecera municipal de Cuauhtémoc y del seccional de Anáhuac, así como desechos de la industria láctea, han llegado directamente a la laguna, contribuyendo a su degradación. “Muchos arroyos que deberían alimentar la laguna son utilizados como depósitos de desechos,” explicó Ortiz Franco, destacando que esta contaminación ha agravado el impacto ambiental en el humedal. Lo que alguna vez fue un cuerpo de agua rico en fauna y flora ahora está dominado por charcos de aguas negras. El resto del lecho lagunar es un manto de polvo que, con las ráfagas de viento, se convierte en torbellinos de salitre, afectando a las comunidades cercanas con la dispersión de partículas dañinas para la salud.

Una Fauna en Retroceso

Uno de los indicadores más visibles de la crisis ecológica ha sido la desaparición progresiva de la fauna que solía habitar la laguna. En mayo de este año, se reportó la muerte masiva de cientos de miles de peces, incapaces de sobrevivir en un entorno con niveles mínimos de agua y altos índices de contaminación. Además, la disminución de aves migratorias que solían hacer escala en la Laguna de Bustillos es otro signo alarmante. “Las aves migratorias eran un espectáculo anual que ahora se está perdiendo,” lamentó un habitante local. Estas aves, atraídas por los humedales, eran parte integral del ecosistema y un símbolo de la riqueza natural de la región.

El Ecosistema Cambiante de la Laguna

La Laguna de Bustillos alguna vez representó un hábitat esencial para especies endémicas y migratorias, así como un recurso vital para las comunidades aledañas. Ahora, el ecosistema se encuentra en un punto crítico. “No hemos registrado peces muertos recientemente porque la mayoría de la fauna ya desapareció,” señaló Ortiz Franco, evidenciando la pérdida de biodiversidad que solía caracterizar al humedal. La crisis también afecta a las plantas que rodean el área. La vegetación acuática, como los carrizos y las eneas, que ayudaban a filtrar el agua y proporcionar refugio a las aves y peces, ha disminuido drásticamente. En su lugar, el polvo y la contaminación han ganado terreno.

El Llamado a la Acción

Expertos y ambientalistas han enfatizado la urgencia de implementar medidas de rescate para evitar la desaparición definitiva de la Laguna de Bustillos como humedal funcional. Estas medidas incluyen: Monitoreo de la contaminación y regulación estricta para evitar el vertido de desechos industriales y urbanos en los arroyos y la laguna. Campañas de reforestación y limpieza en las áreas circundantes para mitigar el impacto del salitre y el polvo. Proyectos de captación de agua que ayuden a incrementar los niveles del cuerpo de agua durante las temporadas de lluvia. “Es vital que las autoridades locales, estatales y federales trabajen en conjunto para rescatar este humedal,” insistió Ortiz Franco. “La Laguna de Bustillos es más que un recurso natural, es parte de nuestra identidad y nuestro sustento.”

Conclusión: Una Tragedia que Aún Puede Revertirse

La Laguna de Bustillos es un testimonio de los desafíos que enfrenta el equilibrio entre la actividad humana y la naturaleza. Mientras el espejo de agua se convierte en polvo, las comunidades cercanas y la biodiversidad pagan el precio de la indiferencia y la falta de acción. Sin embargo, aún hay tiempo para cambiar este rumbo. Con un enfoque en la conservación y el manejo responsable de los recursos hídricos, la Laguna de Bustillos podría renacer como un símbolo de resiliencia y cuidado ambiental en el norte de México. ¿Podremos devolverle a la Laguna de Bustillos su esplendor perdido? La respuesta dependerá de nuestras decisiones hoy.

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