✍️ Silencio en el Día del Trabajo: ¿quién defiende a los periodistas en Chihuahua?
HISTORIASMX. – 1 de mayo. El calendario señala una fecha para conmemorar las luchas laborales, los derechos conquistados, las manos obreras que levantan un país. Pero mientras políticos tuitean frases vacías y sindicatos hacen ruido, nadie —absolutamente nadie— habla de los periodistas. Y mucho menos en Chihuahua.
Aquí, donde se exige cobertura total y entrega absoluta, el trabajo periodístico vive en condiciones de precariedad, abandono y riesgo, sin que los propios medios o el Estado reconozcan su valor o protejan a quienes lo ejercen.
🧾 Sueldos de miseria por jornadas completas
La mayoría de los reporteros y reporteras en Chihuahua —sobre todo los que cubren información general, seguridad o política— trabajan jornadas completas por sueldos que apenas rebasan los 6 mil pesos mensuales. No hay horas extras, no hay prestaciones justas, no hay bonos por riesgo, no hay condiciones mínimas para ejercer con dignidad.
Muchos reciben su paga como “ayuda” o “compensación”, sin contratos firmados o con documentos diseñados para borrar su identidad profesional como periodistas. Otros deben cubrir turnos de más de 12 horas, incluyendo fines de semana, sin ninguna compensación ni respaldo.
En el Día del Trabajo, no hay marchas ni aplausos para ellos. Sólo la rutina del silencio.
⚠️ Riesgos sin protección: la cobertura que cuesta la vida
En un estado marcado por la violencia y la impunidad, cubrir la nota roja, los conflictos agrarios, las denuncias por corrupción o incluso los abusos de poder no solo desgasta: pone en peligro la vida.
Hay periodistas que cubren tiroteos sin equipo de protección, que fotografían escenas del crimen sin seguridad, que enfrentan amenazas o advertencias… y que deben seguir trabajando como si nada. Porque si no lo hacen, la nota la toma otro, y el salario —precario como es— se esfuma.
Pocas empresas dan respaldo legal, casi ninguna ofrece capacitación en seguridad y mucho menos cobertura médica especializada. El periodista en Chihuahua es al mismo tiempo obrero, corresponsal, editor, fotógrafo y escudo humano.
🗞️ Censura interna: el control desde las redacciones
Pero el riesgo no siempre viene de la calle. En muchas redacciones chihuahuenses, el verdadero enemigo está en casa. Grandes editoras —esas que presumen libertad de expresión en sus eslóganes— cambian o eliminan información sin avisar al reportero, desarticulan investigaciones incómodas o mandan “mensajes” sutiles: bájale al tono, no toques a ese funcionario, ese tema no va.
El periodismo se ve filtrado por intereses económicos y políticos. Y si un reportero incomoda demasiado o exige lo justo, se activa la maquinaria del acoso: hostigamiento laboral, represalias internas, bloqueo de notas, reducción de cargas de trabajo o el temido despido disfrazado de “renuncia voluntaria”.
📑 Las artimañas del despido: firmas, amenazas y borrado
Cuando una empresa quiere deshacerse de un periodista incómodo, lo hace con elegancia burocrática y cinismo corporativo. Se inventan pretextos, se documentan “faltas” forzadas, y luego llega el momento más cruel: la firma de documentos en los que se renuncia a todo derecho.
Algunos son obligados a firmar bajo amenaza. Otros simplemente desaparecen de la redacción. Y casi ninguno recibe un finiquito justo. Se les borra, como si nunca hubieran escrito, como si su pluma no hubiera contado las historias que la empresa presumía para ganar lectores.
🧠 El valor de lo que no se paga
La paradoja es brutal: el trabajo periodístico es indispensable, pero en Chihuahua se trata como un favor mal pagado. Quienes informan, quienes documentan la historia cotidiana del estado, quienes arriesgan su vida para que la sociedad sepa la verdad, son tratados como desechables.
Y sin embargo, siguen ahí. Siguen escribiendo, reportando, grabando, resistiendo. No por la empresa, ni por el sueldo, ni por la fama —que nunca llega—. Lo hacen por vocación, por convicción, por esa fe casi ingenua de que la información puede cambiar las cosas.
✊🏽 ¿Y entonces… quién va a hablar por ellos?
Hoy, 1 de mayo, mientras los discursos oficiales celebran el trabajo digno, urge decir lo que nadie dice: en Chihuahua, el periodismo se ejerce en condiciones indignas, y eso no puede seguir siendo normal. No basta con recordar a quienes han sido asesinados. Hay que defender a quienes siguen vivos y escribiendo.
Porque el verdadero homenaje a los periodistas no es un minuto de silencio ni una nota efímera. Es garantizar su salario, su seguridad y su libertad. Es dejar de mirar hacia otro lado cuando se violan sus derechos laborales.
Si hoy se habla del trabajo, que se hable también del trabajo periodístico.
Y si nadie lo dice… entonces lo diremos nosotros.