💧 La Presa Parral: un embalse que se seca más rápido que la esperanza

Cuatro años sin llenarse, múltiples episodios de sequía y una ciudad que depende de charcos para sobrevivir

HISTORIASMX. – A pesar de las lluvias esporádicas registradas en semanas recientes, la Presa Parral continúa en estado crítico. El embalse, que abastece principalmente al lado norte de la ciudad de Hidalgo del Parral, Chihuahua, se mantiene prácticamente seco. Solo charcos dispersos y lodo endurecido cubren su lecho, evidenciando la fragilidad hídrica en una de las zonas más urbanizadas del sur del estado.

🔹 Una presa con memoria de agua… y presente de polvo

La Presa Parral tiene una capacidad total de 4.5 millones de metros cúbicos. Sin embargo, desde febrero del presente año, la extracción fue suspendida debido a que el embalse había descendido al 13% de su capacidad, considerado el nivel mínimo de operación. A partir de ese momento, el vaso se fue vaciando paulatinamente, hasta llegar a un estado de abatimiento casi total.

El paisaje en los límites entre Santa Bárbara y Parral, donde se encuentra ubicada la presa, es ahora un terreno agrietado, sin agua visible en buena parte del área. Esta situación representa no solo una amenaza ambiental, sino un riesgo directo para el abasto de agua potable a decenas de colonias de la ciudad.

🔹 Lluvias insuficientes, años improductivos

Aunque durante la primavera de este año se registraron algunas precipitaciones, éstas han resultado insuficientes para iniciar la recuperación del embalse. Las lluvias más intensas tienden a caer en la zona de San Francisco del Oro, cuyas escorrentías en ocasiones ayudan a recargar la presa. No obstante, en los últimos cuatro años, la Presa Parral no ha logrado llenarse completamente ni una sola vez.

En al menos tres ocasiones en los últimos cinco años, el embalse se ha secado por completo. Esta tendencia confirma un patrón de sequías prolongadas, reducción de lluvias estacionales y dependencia de lluvias erráticas, lo que pone en tela de juicio la viabilidad de este cuerpo de agua como fuente sustentable de abastecimiento.

🔹 ¿Puede llover dos días y salvar la presa?

Según datos técnicos del organismo operador del agua, bastarían dos días consecutivos de lluvias constantes en la cuenca inmediata para que la presa se recargue significativamente. Sin embargo, este escenario —más basado en optimismo que en evidencia climática— parece poco probable ante el comportamiento errático del clima en el sur del estado.

La región de Parral forma parte de las zonas más afectadas por el fenómeno de sequía extrema en el norte de México, con impactos en agricultura, consumo doméstico y generación de reservas estratégicas. La falta de agua en el embalse está obligando a reforzar el suministro mediante pozos profundos, lo que aumenta costos operativos y reduce la sustentabilidad del servicio.

🔹 Un futuro con menos agua… y más incertidumbre

La situación crítica de la Presa Parral debe entenderse no como un incidente aislado, sino como el resultado de años de sobreexplotación, cambios climáticos regionales, falta de inversión en infraestructura de captación, y ausencia de políticas públicas para garantizar resiliencia hídrica.

Mientras las autoridades esperan lluvias, la ciudadanía vive con tandeos, baja presión o cortes intermitentes, especialmente en sectores de la ciudad que dependen directamente de este embalse. Además, no se han implementado programas eficaces para captación de agua pluvial, rehabilitación del vaso o protección de la microcuenca.

📌 Conclusión

La Presa Parral se está secando. No es la primera vez, y con las tendencias actuales, no será la última. El problema no es solo la falta de lluvia, sino la falta de prevención, de alternativas sustentables y de responsabilidad institucional. La ciudad no puede seguir dependiendo de dos días de lluvia al año. Necesita soluciones reales, antes de que el agua —y la esperanza— se evaporen por completo.

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