📷 Créditos de las fotos: Seila Montes / Runing Italia / Archivo

Más que una bebida, una raíz ceremonial entre los Rarámuri de la Sierra Tarahumara


HISTORIASMX.- En las barrancas profundas y bosques de pino de la Sierra Tarahumara, donde los senderos serpentean entre acantilados y cuevas antiguas, existe una bebida que no sólo calma la sed, sino que conecta el alma con la tierra, los ancestros y la comunidad: el tesgüino, el elixir sagrado de los Rarámuri.

Lejos de ser una simple fermentación de maíz, el tesgüino es un símbolo de vida, de reciprocidad y de resistencia. Su preparación y consumo están profundamente ligados a los ciclos agrícolas, las fiestas tradicionales y las decisiones colectivas del pueblo Rarámuri.


🌾 Orígenes milenarios y nombre con eco ancestral

Del “tesgüini” al corazón de las barrancas

La palabra tesgüino proviene del náhuatl «tescuini», que significa “bebida que hace burbujas” o “que hierve”. Aunque su nombre ha sido castellanizado, el alma de la bebida permanece intacta: es el resultado de un proceso comunitario, ancestral, que no ha cedido al paso del tiempo ni a las presiones del exterior.

Para los Rarámuri, el tesgüino es mucho más que un fermento. Es “batári”, palabra en su lengua que expresa una combinación de alimento, espíritu, fuerza vital y comunión.


🪵 La elaboración del tesgüino

Una receta sin medidas, pero con profundo significado

La preparación de esta bebida sagrada es tan antigua como el propio cultivo del maíz. Se realiza principalmente con maíz germinado, que debe seleccionarse con cuidado y paciencia. El proceso incluye varias fases:

  1. Selección del maíz: Se escoge maíz blanco o amarillo, de buena calidad, sin rastros de plagas.
  2. Germinación: Se humedece el maíz y se deja germinar durante unos días, en condiciones cálidas y protegidas.
  3. Cocimiento: Una vez germinado, se hierve en grandes ollas de barro o tambores metálicos junto con plantas aromáticas locales como el chiricahui o el ocotillo, que aportan sabor y propiedades medicinales.
  4. Molido y reposo: La mezcla cocida se muele en metates o molinos rústicos, y luego se deja fermentar en grandes tinas, cántaros o barricas de madera durante uno a tres días, dependiendo del clima y la intención de uso.
  5. Filtrado y consumo: El líquido se cuela para separar el bagazo, y lo que queda es un tesgüino fresco, turbio, ligeramente espeso y de sabor ácido y terroso.

🔥 Una bebida que no se bebe sola

El tesgüino como centro de la vida ritual

En la Sierra Tarahumara, no se prepara tesgüino sin motivo. La bebida aparece en casi todas las festividades importantes:

  • Yúmari: ceremonia para pedir buenas cosechas y equilibrio cósmico.
  • Norogachi: encuentros comunitarios donde se toma tesgüino para celebrar la vida, la danza y el compromiso con los dioses.
  • Bautizos, funerales, bodas: siempre acompañados por el “maíz fermentado” como puente entre el mundo espiritual y el terrenal.

Durante estas celebraciones, el tesgüino no se vende ni se embriaga con fines lúdicos: se comparte. Su consumo está vinculado a la reciprocidad, a la cooperación comunitaria y a la cohesión social. Todos beben del mismo jarro, como señal de igualdad y respeto.


🏃‍♂️ Energía para correr y resistir

El tesgüino y el cuerpo del Rarámuri

Famosos por sus habilidades atléticas, los corredores Rarámuri han sido reconocidos por recorrer cientos de kilómetros por la sierra. En muchas ocasiones, el tesgüino forma parte del ritual previo o posterior a las competencias tradicionales de rarajípare (carrera con pelota) o arwiká (carrera femenina con aro y palo).

El valor energético del maíz fermentado les proporciona nutrientes, hidratación y un impulso simbólico: correr no es una competencia, sino una forma de honrar a la tierra.


🌐 Tensiones y riesgos actuales

¿Qué pasa cuando el tesgüino sale del contexto ritual?

En años recientes, el tesgüino ha sido malinterpretado fuera de la cultura Rarámuri. Se le ha etiquetado como “alcohol artesanal” o “bebida embriagante”, y en algunos contextos se ha estigmatizado su consumo.

Además, factores como:

  • la migración forzada por violencia o pobreza,
  • la pérdida de tierras agrícolas,
  • y la influencia de religiones externas que rechazan las prácticas tradicionales,

… han puesto en riesgo la continuidad del ritual del tesgüino.

Aun así, muchas comunidades han resistido con fuerza, y siguen preparando y compartiendo este fermento como un acto de identidad y autonomía cultural.


🌽 Un legado que fermenta el alma

El tesgüino como símbolo de raíz y esperanza

En un mundo que tiende a uniformar sabores, ideas y costumbres, el tesgüino resiste como una manifestación viva de la diversidad cultural mexicana. Habla de un pueblo que camina entre montañas, que escucha a la tierra, que siembra, corre, danza y comparte.

Cada jarro de tesgüino representa un pacto con la memoria, con la naturaleza y con lo colectivo. No es solo una bebida. Es el espíritu del maíz que aún canta en las barrancas.

Por historias

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